Interesante articulo del Dr. Ignacio Domenech sobre una patología cada vez mas frecuente. Hoy en día, debido fundamentalmente al gran estrés que padece la población en general, somos grandes apretadores, es decir bruxistas/rechinadores.
Debido al apretamiento o rechinamiento continuo de los dientes, estamos viendo un aumento de una patología relativamente frecuente que es el síndrome del diente fisurado.
Entendemos por síndrome el conjunto de signos y síntomas que provoca una patología o enfermedad, en este caso la fisura o fractura del diente y/o raíz.
El síndrome del diente fisurado se compone de un conjunto de patologías, las cuales clasificamos en función de la gravedad de la misma:
- Fractura/fisura de la corona dental que no progresa hacia la raíz sin o con afectación del nervio.
- Fisura radicular sin compromiso del nervio.
- Fisura radicular con compromiso del nervio.
- Fractura radicular completa.
Para este tipo de patología dental desgraciadamente no tenemos tratamiento curativo, si no que lo único que podemos hacer es prevenir la aparición de la tan temida fisura. Esta prevención consiste fundamentalmente en dispositivos intraorales que evitan el apretamiento de los dientes como férulas de descarga o similares.
Los factores que predisponen a que ocurra son: el tipo de oclusión del paciente, es decir, la forma de morder que tenga, tratamiento conservador en la pieza (endodoncia, obturaciones), anatomía dental (tipo de diente, raíces separadas…), fuerza masticatoria, soporte periodontal, hábitos entre los que cabe destacar el bruxismo, principal factor predisponente.
Normalmente y según los estudios científicos los dientes más prevalentes, es decir, los que se fracturan con más frecuencia es en los premolares superiores y los molares inferiores. Su diagnóstico en fases iniciales es complejo, ya que debuta con una clínica muy anodina o leve, simplemente sensibilidad aumentada en esa pieza dental o bien ligeros pinchazos al masticar. Tras esta fase la grieta o fisura del diente se va extendiendo a lo largo de la raíz y es cuando aparece en flemón o el dolor dental.
A continuación os presentamos dos casos que han llegado recientemente a la clínica, y que nos gustaría compartir.
El primero de ellos se trata de un premolar superior.
La paciente acude a la clínica con un fuerte dolor, no se observa ningún signo infeccioso alrededor de la pieza, ni radiográficamente ni clínicamente, pero sólo basta con ver que se trata de una paciente bruxista, con un premolar superior con dolor, sin ningún otro tipo de patología, ni cariosa, ni periodontalmente activa, que nos justifique ese dolor.
Nos fijamos con aumento en este diente y observamos una grieta tal y como señala la imagen que se pierde en la encía. Nos encontramos ante un diente con el síndrome del diente fisurado, en este caso en estadio de fisura completa que afecta al nervio. Por tanto el tratamiento fue la extracción.
Observe las flechas rojas que indican la linea de fisura que recorre toda la raíz.
El segundo caso clínico fue un paciente que acude porque “se notaba una bolita en la encía”, en un primer molar inferior izquierdo.
A la exploración se observa una tumefacción de origen infeccioso muy cerca del borde gingival. El paciente nota una ligera molestia a la masticación y las pruebas de vitalidad, es decir, si el diente esta vivo o no, son negativas. El sondaje/ profundidad de bolsa es de 9 mm de forma puntual en la zona del absceso que corresponde a la imagen radiográfica en “J” que se observa en la radiografía en la raíz distal.
Por tanto, en este caso confluyen en la misma pieza varios signos patognomónicos de que esta pieza esta fracturada. Estos son: necrosis ( diente no vital) en un diente sin patología cariosa, ni periodontal activa, sondaje puntual aumentado, absceso en el borde gingival e imagen radiolúcida en la raíz distal que recorre toda la línea de fractura.
Se le indicó al paciente la extracción del diente con un diagnóstico de fractura de la raíz distal.